ARTE POÉTICA
Vicente Huidobro
Que el verso sea como una llave
Que abra mil puertas.
Una hoja cae; algo pasa volando;
Cuanto miren los ojos creado sea,
Y el alma del oyente quede temblando.
Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;
El adjetivo, cuando no da vida, mata.
Estamos en el ciclo de los nervios.
El músculo cuelga,
Como recuerdo, en los museos;
Mas no por eso tenemos menos fuerza:
El vigor verdadero
Reside en la cabeza.
Por qué cantáis la rosa, ¡oh Poetas!
Hacedla florecer en el poema;
Sólo para nosotros
Viven todas las cosas bajo el Sol.
El Poeta es un pequeño Dios.
Y así fue...en resumen.
Primero celebramos el cumpleaños de Janeth Narajo. Su reglo, el reconocimiento a la fidelidad con el Taller. Su compromiso. Fundamentalmente su afecto y sentido de pertenencia con el Taller.Y la charla programada tomó pista:
"Ya Aristóteles y Horacio habían escrito importantes textos sobre el arte de escribir poesía, una definición platónica de poesía hablaba de esta como “Cosa liviana, alada y sagrada”. Tal vez pueda ampliar la idea sobre las Arts Poéticas como encuentro con el clímax de la búsqueda estética, parafraseando a otros que en un tiempo distinto al nuestro, dijeron que uno de los retos de la poesía y de los poetas mismos es que los textos den la sensación de no encontrar algo nuevo, sino de recordar algo olvidado..."
Quiero concluir diciendo que la poesía es experiencia
estética, las Artes Poéticas son precisamente una posibilidad para el
descubrimiento de la belleza, todos podemos experimentar la belleza, nos
persigue, pero la ignoramos naturalmente como al sol, al viento y a la noche,
hasta que les necesitamos. A pesar de esto todos podemos sentir la belleza, nos
persigue…
Pero la belleza también nos confunde, muchos intentan
enseñarla, dibujarla o tocarla como en el fondo lo intento ahora, queremos
trasmitirla, aun sabiendo que la belleza y la experiencia estética no pueden
enseñarse o inyectarse… A veces la riqueza de un poema es la ambigüedad, la
belleza de una palabra puede ser su horrible significado o su sonido, hay otros
momentos donde un poema nos conmueve porque revela una imagen borrosa, nos pone
frente a algo no recordado, nunca vivido o tal vez ante una nueva forma de
felicidad que viene extrañamente de la desgastada palabra.
Arte poética Jorge Luis Borges
Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.
Sentir que la vigilia es otro sueño
que sueña no soñar y que la muerte
que teme nuestra carne es esa muerte
de cada noche, que se llama sueño.
Ver en el día o en el año un símbolo
de los días del hombre y de sus años,
convertir el ultraje de los años
en una música, un rumor y un símbolo,
ver en la muerte el sueño, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.
A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.
Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
lloró de amor al divisar su Ítaca
verde y humilde. El arte es esa Ítaca
de verde eternidad, no de prodigios.
También es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.
Sentir que la vigilia es otro sueño
que sueña no soñar y que la muerte
que teme nuestra carne es esa muerte
de cada noche, que se llama sueño.
Ver en el día o en el año un símbolo
de los días del hombre y de sus años,
convertir el ultraje de los años
en una música, un rumor y un símbolo,
ver en la muerte el sueño, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.
A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.
Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
lloró de amor al divisar su Ítaca
verde y humilde. El arte es esa Ítaca
de verde eternidad, no de prodigios.
También es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.
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Cerremos la llave con este poema de William Ospina
escritor y poeta colombiano.
***
En las mesetas
del Vaupés
Qué son las canoas sino los árboles
cansados de estar quietos.
Qué son los postes de colores sino
los árboles hundiendo sus raíces en el cielo.
Qué son los puentes colgantes sino
los árboles jugando con el vértigo.
Qué son las alegres fogatas sino los
árboles cantando su último secreto.
Follaje de ondas que va quedando
atrás con el golpe del remo.
Follaje de sonidos que en torno de
los postes enardece al guerrero.
Follaje de invisibles caminos que
comienza con el confín del puente.
Follaje de humaredas que asciende en
desorden entre las titilantes orquídeas.
Con granadillo hice el bastón para
espantar a los malos espíritus.
Con la madera del caobo hice las
cuentas de un collar para tu pecho oscuro.
Con fruto seco del tekiba hice la
copa donde le ofreciste el agua.
Con la madera del laurel hice esta
flecha.
Apartadó
marzo 15 de 2013.
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