El viernes 18 de enero, el Taller de Escritores Urabá Escribe inició sus sesiones del nuevo año (2013) con una charla de Albeiro Flórez V. sobre la creación poética y una lectura de textos de Paola Arteaga.
Asegurar que en los talleres
literarios la cacería es la condición suprema, nos lleva a Neruda, cuando en
sus sonetos de amor decía: Amor, cuantos
caminos hasta llegar a un beso. Nosotros diríamos: Amigo, cuantos caminos
hasta llegar a un verso.
Esa terrible tarea.
“vivimos al acecho, y como en una
persecución donde no hay cese de hostilidades la palabra es el objetivo, el
verso limpio, el párrafo perfecto, la página lavada y el libro higiénico son la
fiera que queremos cazar al precio que sea”
Cazado y cazador, nos hemos
convertido en flechas y en jaguares ansiosos de hender y morder en lo más hondo
de una vida profunda y secreta. Vivimos a la cacería de sensaciones, de emociones, de lo nombrado
para llenar vacíos.
SARA
La lluvia me susurra Sara,
en el viento.
Parece que te escuchara,
yo te siento.
Y el mundo y mi corazón
paran
con tu acento.
Hasta percibo tu voz clara
y tu aliento…
…Sara, haces al mundo más
bello.
El sol es más radiante
cuando te ilumina.
El viento es más fresco si
juega con tu pelo;
y más brillan las
estrellas cuando las miras…
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Pero nosotros nos
creemos cazadores sin comprender siquiera que es la poesía, es la palabra quien
nos cerca sin tregua, nos acorrala sitiándonos letra a letra, palabra a
palabra, verso a verso hasta dejarnos ciegos, hasta reducirnos a una cacería de
ciegos. Cazadores ciegos, eso somos. Cazados o cazadores hemos terminado por
ser: unos simples sintientes.
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Próximo viernes, continua Ciclo de poesía: Una pertinencia literaria de Juan Mares.
Una reflexión sobre poema y poesía tomando como referencia El arco y la lira de Octavio Paz.
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