AMOR ES…
“Amor es amar desde la raíz negra.
Amor es perdonar;
y lo que es más que perdonar,
es comprender...
Amor es apretarse a la cruz,
y clavarse a la cruz,
y morir y resucitar ...
Amor es perdonar;
y lo que es más que perdonar,
es comprender...
Amor es apretarse a la cruz,
y clavarse a la cruz,
y morir y resucitar ...
¡Amor es resucitar!”
Carmen Garces....nos dice:
¿Quién Fue Dulce María
Loinaz y cuál fue el legado de sus letras? En mi respuesta aun corta de su
intimidad y su ser, fue una mujer sumamente interesante, apasionada,
espiritual, capaz de embriagarse de belleza, de deslumbrarse. Hablaré de
ella no más allá de lo que me hablan sus
versos en su poesía y la llamaré poeta porque nunca quiso ser llamada poetisa,
y con ella pienso en esa plenitud de amar a las palabras, clasificarlas y
aceptarlas o no.
De celebración...
En la poesía de Dulce
Maria, encuentro imágenes trascendentes a la vida: agua, rio, tiempo,
sol, rosa. Conoció el amor, el amor que
se enreda, que no llega, que tarda, ese amor que no es fácil, de una manera
humana, pero sobre todo de una manera espiritual, con una preocupación profunda de como amar,
con la superioridad del ser que reside
en la humildad, Una fe, un peregrinaje de su vida con Dios y poesía, uno de sus poemas que nos llena de intimidad
con su mundo, como el viento puro, preocupada por la naturaleza y sus criaturas:
“Dame,
Señor, una de tus estrellas de nodriza para estos hijos de menguada madre…
Dame para ellos el vestido de los lirios, ya que no sé tejer…”
“…
los caminos.
Ellos son la lección de humildad útil de mansedumbre cristiana que nos
encarecen los libros de piedad.
Los caminos sirven como Marta y están quietos como María: nada tan noble, tan
sereno como este tenderse en paz, y largamente…, largamente”
“ ... Tú me diste esta voz
en el desierto; dime cuál es la palabra digna de remontar el gran silencio.
Soplo de mi barro: Tú me diste estos pies… Dime por
qué hiciste tantos caminos si Tú sólo eres el Camino, y la Verdad, y la Vida”
================
“ ... Tú me diste esta voz
en el desierto; dime cuál es la palabra digna de remontar el gran silencio.
Soplo de mi barro: Tú me diste estos pies… Dime por qué hiciste tantos caminos si Tú sólo eres el Camino, y la Verdad, y la Vida”
Soplo de mi barro: Tú me diste estos pies… Dime por qué hiciste tantos caminos si Tú sólo eres el Camino, y la Verdad, y la Vida”
Luego Peggy nos leyó su cuento: Ramón Hoyos.
Y el publico estuvo muy atento....
Pepe se dirige a
la cocina y
mira detenidamente el
calendario de Pielroja que
la su mamá tiene
colgado en la pared de la
cocina,- “mañana…. Mañana !”- se
decía a sí mismo en voz alta saliendo
hacia la sala, con actitud nerviosa se sobaba el pelo, pronto comenzaría la Vuelta
a Colombia en Bicicleta. En los años anteriores disque el
país había quedado paralizado. Grupos de
personas se sentaron en las
bancas del Parque Bolívar a escuchar la
radio a través de la
cual en forma fogosa Carlos Arturo Rueda imprimía emoción comentando
los pormenores de la competencia e involucraba
a los oyentes. Este año 1953,
la Tercera Edición en su quinta etapa
llegaría a Armenia y su papá hablaba de ir
a ver pasar los
ciclistas a la
carretera que conducía
a esa ciudad. La
imaginación de Pepe
volaba. En el taller del padre
había una foto
de Ramón Hoyos y otra
de Luz Marina Zuluaga, y
esa foto de Ramón Hoyos era la
única imagen que
tenia de su ídolo. Pensaba que tendría la oportunidad de admirar su
bicicleta engallada con antena
y reflectores, conocer su
camiseta sudada, su cachucha ladeada
y el fruncido del ceño. Muchas
veces ensayaba frente el espejo ese
fruncido, lo hacía ver más
serio, más interesante.
De regreso a casa
en compañía de algunos amigos
encontraron un borracho
tirado en la calle. Pepe reconoció su
Papá, pero igual
que sus compinches
hizo mofa del
borracho y siguieron su camino. Al
llegar a la casa se
encerró en su cuarto
y lloro y lloro
y reflexiono sobre
su vida. Al otro día se levantó tarde y en la sala se encontró
con el papá -“Acaso
no vas a
practicar?, esta tarde va la
final contra reloj y
eres el seguro ganador!”- Pepe miro fijamente al papá
y con actitud provocadora contesto – “No
vuelvo a competir
en bicicleta!” mirándolo a los ojos, luego
dio la vuelta hacia la puerta de
salida -“ A dónde vas?”- Preguntaba el papá con
voz autoritaria. Mirándolo en
forma desafiante Pepe contesto -“A la calle!” - Abrió la puerta salió y la
cerro duro. De camino al Parque Pepe se
sentía aliviado, como cuando se
quita un peso de encima. Se
sentía grande, pleno , caminaba
animoso casi bailando . Estaba feliz. Nunca más le
sentiría miedo!. Nunca más se
dejaría golpear! A partir de este momento la relación
con él sería diferente, de enfrentamiento, de tú
a tú. Desde ese
día no volvió
a monta en bicicleta , deporte
que cambio por la
natación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario