Realidad es la existencia efectiva de una
cosa. No es absoluta en sí misma, sino que es subjetiva cuando es válida para
una sola persona y objetiva cuando lo es para varias. El escritor, en la medida
en que es una persona, vive en una realidad que es subjetiva y objetiva
simultáneamente. Su realidad es lo que él cree que es, pero también lo que es
válido para sus congéneres. He aquí un componente esencial de la materia
narrativa: la realidad del escritor, lo que le pasa a él o se entera que le ha
pasado a otros, o, lo que él cree que pasa.
La fantasía
Pero el escritor no está completamente
sujeto a la realidad, sino que en ocasiones la idealiza y la transforma a
través de la fantasía. El escritor, en la medida en que es un creador, permite
que su pensamiento vuele libremente al territorio del fantasear, es decir a un
mundo abstracto y sin rumbo definido en donde todo es posible. Pero ese
fantasear encuentra su propósito cuando se arriba a la imaginación, es decir al
fantasear con sentido.
La imaginación
La imaginación es la capacidad de crear
imágenes a partir de la realidad o de la fantasía, o de una fusión de ellas. La
imaginación está mediada por la razón y al contrario de la fantasía siempre
tiene un rumbo. Un estratega, por ejemplo, imagina los posibles movimientos de
su contendor y en ese imaginar considera informaciones y datos provenientes de
la realidad, mezclados con escenarios posibles o imaginados a partir de los
cuales espera un resultado: la victoria.
Así mismo el escritor asocia la realidad,
la fantasía y la imaginación. Es esa su materia narrativa y el resultado
victorioso que de allí se genera es su Literatura, es decir su Ficción que no
es realidad, no es fantasía y no es imaginación, sino que es una mixtura de
ellas.
El Narrador
El narrador es quien cuenta el cuento. No
debe confundirse con el autor que es la persona real que crea la historia. El narrador
es un ente de la ficción que se encarga de contar la historia. Este aspecto es
quizá el más importante para un cuentista. Elegir el narrador correcto puede
salvar un tema, una idea, un argumento o una trama poco interesantes, y
viceversa: elegir al narrador inadecuado “mata” la mejor historia que haya
concebido un autor.
El Estilo
Un artista, en general, lo es porque ha
logrado un estilo que permite que lo diferencien de los demás. Así mismo un
escritor. El realismo mágico de García Márquez, por ejemplo, es reconocible aun
cuando no lo escriba él.
Estilo es el modo particular de hacer algo,
para el caso, el modo de escribir que caracteriza a un autor, su sello
personal, su marca. Ese debe ser el objetivo del cuentista que comienza:
alejarse de las imitaciones y del plagio, y buscar su propia voz, aquella que
lo distinga y lo legitime entre la multitud de sus pares.
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